Fin de semana deportivo y ecorresponsable

Distancia: 16 km en autobús – 50 minutos / aprox. 45 km en bicicleta

Una vez en la estación de La Rochelle, un corto trayecto de una hora en autobús le llevará a Sainte-Marie-de-Ré, uno de los pueblos más antiguos de la isla de Ré. Sainte-Marie-de-Ré, con su carácter rural y su historia como pueblo vinícola, es un lugar virgen y auténtico.

Después de dejar el equipaje, y media hora de bicicleta más tarde, le garantizamos un cambio de aires con una degustación de ostras en una cabaña ostrícola con vistas al océano. Una vista impresionante… Pero necesitará mucho aliento para pedalear hasta Ars-en-Ré, por un carril bici que atraviesa el corazón de las marismas.

Complete el panorama en tierra con una salida al mar, a bordo de un famoso Casavant para descubrir el Fier d’Ars, una bahía famosa por sus paisajes salvajes y su biodiversidad.

Al final del día, regrese en bicicleta a Sainte-Marie. No olvide hacer una parada gastronómica en Saint-Martin-de-Ré.

Distancia: unos 35 km en bicicleta

En el programa de este segundo día: una exploración de las salinas en stand-up paddle. Es una excelente manera de descubrir la isla de Ré de una forma diferente y de disfrutar de una vista impresionante de un paisaje único. Su guía también le ayudará a descubrir la flora y la fauna salvajes, a la vez que le concienciará sobre la necesidad de proteger este entorno natural virgen.

Después de almorzar en la típica placita del pueblo de Loix (que antaño fue una isla por derecho propio), regresará a la playa de La Couarde-sur-mer o Sainte-Marie-de-Ré para una clase privada de yoga. Relajación garantizada.

Distancia: aproximadamente 20 km en bicicleta / 16 km en autobús – 50 minutos

El último día, diríjase a Le Bois-Plage, donde podrá aprovechar las magníficas playas del sur de la isla para probar (o perfeccionar) sus habilidades náuticas. Windsurf, catamarán, kayak, surf, kitesurf, wind foil… ¡Usted elige!

Una vez vigorizado por el aire yodado y el agua salada, no dude en hacer una parada en el mercado de Bois-Plage-en-Ré, el más grande de la isla, para abrir el apetito.

Tras un almuerzo de sabores locales, pedalee hasta La Flotte o Sainte-Marie para pasar una tarde relajada.

Para rematar su escapada deportiva, opte por un paseo a caballo por el bosque o a lo largo de la playa, u opte por sumergirse en una burbuja de bienestar con tratamientos y masajes.

Por último, tome el autobús de vuelta a la estación de La Rochelle, habiéndose asegurado de parar antes en el hotel para recoger su equipaje lleno de recuerdos 100% locales.