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©Marais Salant Destination Ile De Re Marie Poulizac|Marie Poulizac

Sal de la isla de Ré

Una cultura ancestral en el corazón de las salinas

La isla de Ré, con sus vastas extensiones de salinas, es un territorio en el que la salicultura, o el arte de recolectar sal, forma parte integrante de su patrimonio y su identidad. Desde hace siglos, los salineros de la isla perpetúan un saber hacer tradicional que ha moldeado los paisajes y la cultura de la isla. Aún hoy, esta actividad ancestral sigue desempeñando un papel importante en la economía local y atrae a numerosos visitantes curiosos por descubrir los secretos de la «sal blanca» y la flor de sal.

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Una historia arraigada en la tradición

La salicultura en la isla de Ré se remonta a la Edad Media, cuando los monjes benedictinos comenzaron a acondicionar las primeras salinas. Gracias al clima suave y ventoso de la isla, así como a la riqueza de sus suelos, la producción de sal se desarrolló rápidamente, convirtiéndose en un recurso precioso para la isla y sus habitantes. Hasta el siglo XIX, la sal era un recurso esencial, utilizado no solo como condimento, sino también para la conservación de los alimentos.

Aunque la industria salinera decayó en el siglo XX con el auge de los métodos de producción industrial, las salinas de Ré se han conservado y restaurado. Hoy en día, la producción artesanal de sal continúa gracias a un puñado de apasionados salineros, que perpetúan este oficio único.

El saber hacer de los salineros

El oficio de salinero es una auténtica ciencia de la naturaleza y la paciencia. El proceso de recolección se basa en un ciclo preciso que aprovecha los elementos naturales: el sol, el viento y el agua de mar. Las salinas están formadas por estanques poco profundos donde el agua de mar se evapora lentamente bajo la acción del sol y el viento. Este proceso, que dura varias semanas, permite que los cristales de sal se formen de forma natural.

El salinero, gracias a un saber hacer transmitido de generación en generación, vigila atentamente las salinas para recolectar dos tipos de sal:

  • La sal gruesa, más común, se forma en el fondo de las salinas. Se recolecta con una pala y sus cristales son más gruesos.
  • La flor de sal, un auténtico tesoro, se forma en la superficie de las salinas en forma de fina película bajo la acción del viento. Se recolecta delicadamente a mano y su textura ligera y su sabor sutil la convierten en un producto muy apreciado en la cocina.

La vida en las salinas

Para los salineros de la isla de Ré, cada día sigue el ritmo de los ciclos naturales. Durante el verano, época de máxima producción, pasan los días vigilando las salinas, regulando el agua entre las balsas y recolectando la sal. El trabajo es minucioso y exigente, ya que cada gesto tiene una importancia capital para garantizar la calidad de la sal recolectada.

Durante las demás estaciones, los salineros mantienen las salinas para preparar la próxima cosecha. Reparar los muros de tierra, limpian las cuencas y se aseguran de que todo esté listo para la llegada de la temporada alta.

Un producto excepcional: la sal de la isla de Ré

La sal de la isla de Ré es especialmente apreciada por su pureza y sus cualidades gustativas. La sal gruesa se utiliza para cocinar y conservar alimentos, mientras que la flor de sal es un producto de alta gama, muy apreciado por su sabor delicado y su capacidad para realzar los platos con sutileza. Ambos productos son naturalmente ricos en oligoelementos, especialmente en magnesio y calcio.

Los salineros de la isla de Ré comercializan su producción directamente en los mercados locales, en tiendas especializadas y en restaurantes de la región. También encontrará productos derivados, como sales aromatizadas con hierbas o especias, que ofrecen una nueva forma de disfrutar de la sal de la isla.

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En la actualidad, más de 400 hectáreas son cultivadas por 90 productores de sal de la isla de Ré.

Descubriendo las salinas

Las salinas de la isla de Ré no son solo un lugar de producción, sino también una invitación a evadirse. Se ofrecen numerosas visitas guiadas que permiten a los visitantes descubrir el trabajo de los salineros, aprender los secretos de la recolección de la sal y comprender la historia de este oficio ancestral.

Al recorrer los senderos que bordean las salinas, se sumergirá en paisajes únicos, donde el azul del agua y el blanco de los cristales de sal se mezclan con el canto de los pájaros. Es un lugar donde la naturaleza y el hombre conviven en armonía, y donde se puede apreciar verdaderamente la riqueza del patrimonio de la isla de Ré.

La salicultura artesanal en la isla de Ré es una actividad 100 % natural y respetuosa con el medio ambiente. Se basa únicamente en la acción del viento y el sol, sin añadir productos químicos. Además, las salinas desempeñan un papel ecológico esencial como ecosistema. Albergan una rica biodiversidad, en particular aves migratorias, insectos y una flora específica. Los salineros contribuyen así a la preservación de estos frágiles espacios naturales, lo que convierte a la salicultura en un pilar de la economía local sostenible.

Para saberlo todo sobre la salicultura de la isla de Ré, visite el Ecomuseo de las Salinas, en Loix, que le invita a revivir la recolección de la sal a lo largo de los siglos.

En su interior se exponen las tradiciones y la historia del cultivo de la sal, y un recorrido a pie al aire libre alrededor de las salinas permite comprender todas las fases de la producción, desde el bombeo del agua de mar en marzo hasta la recolección de la sal a finales del verano.

La salicultura en la isla de Ré es mucho más que una simple actividad agrícola: es un auténtico patrimonio vivo, donde se unen la tradición, el saber hacer y el respeto por la naturaleza. Al descubrir este oficio y degustar los productos procedentes de las salinas, se sumergirá en el corazón de la historia y la autenticidad de la isla de Ré. Tanto si es amante de los hermosos paisajes como de los productos de calidad, una visita a las salinas y un encuentro con los salineros de la isla de Ré le ofrecerán una experiencia inolvidable.


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